
Apreciable Tutor y compañeros.“Se vive para sentir y pensar y para hacer sentir y pensar”...La docencia, va más allá de la imitación de los patrones de los que fueron nuestros maestros, desgraciadamente no existe una ayuda, que nos indique ¿cómo ser un buen maestro?, nosotros queremos serlo y pensamos que lo somos, pero realmente el conocimiento de la labor docente, ve sus frutos cuando analizas tu propia labor, tú propio desempeño y es hasta ese momento cuando se empieza a formar tu propia identidad docente, tú propio estilo, logras el respeto y el reconocimiento tanto de tus alumnos , como el de los compañeros maestros.Nuestra actividad conlleva el manejo de los contenidos, así como la aplicación de prácticas de enseñanza, estas debe ser entendibles para el nivel de educativo en el que estamos trabajando, no podemos enseñar a niños como si fueran adolescentes, ni adolescentes como si fueran adultos, en la medida que analicemos a que tipo de población vamos a impartir clases, debemos ajustarnos a los entornos sociales de cada población (renovación pedagógica), hay que hacer entender, empezando por entenderlo nosotros mismos.No obstante el manejo de los contenidos y la realización del plan sesión clase, no serán suficientes ya que las vías de comunicación deberán ser en toda medida de respeto y agradables para el alumno, recordemos que para muchos de ellos nosotros somos el “ejemplo a seguir”, es por ello que el manejo de la situaciones en el aula son de vital importancia, para tener una disciplina que nos permita “facilitar” el conocimiento”; todo ello sin olvidar que hay que disfrutar lo que hacemos y con quién lo hacemos, es un error “tirar” a los alumnos que nos causan conflictos en clase, recordemos que son seres humanos, que tienen problemas propios de la edad y en la mayor parte de los casos problemas de desintegración familiar.Estos factores que están fuera de nuestro alcance, no deben representar un obstáculo para nosotros, si no “un reto” un área de oportunidad, ¿qué valor tendría el evaluar a un alumno pasivo?, si ya sabemos que cumplirá con todas las expectativas, es más gratificante motivar a un alumno que se comporta hiperactivamente, apoyándolo y haciéndolo participe de nuestra clase, el ser docente es un gran compromiso y esto conlleva a tener una actitud de servicio para nuestros jóvenes, ellos son la razón ser de nuestra profesión, hay que adaptarnos al hombre del “hoy y el ahora”, para aportarles conocimientos que puedan aplicar en el mañana.La aventura de ser maestro, es algo que disfruto día con día, aprendo con mis alumnos, mi objetivo es guiarlos académicamente, resaltando los valores como el respeto, la igualdad, siendo maestro de humanidad.
¡Hola! Fabiola:
ResponderEliminarA través de su escrito, queda de manifiesto que los profesores debemos "pensar y sentir" la trascendencia de cada una de las actividades que llevemos a cabo en el aula, es decir que pensemos bien en el propósito, la intensión, el fin, hasta sentir lo logrado; sólo así lograremos hacer pensar y sentir a los estudiantes.
Saludos: Rosalinda Haro R.
Fabiola:
ResponderEliminarComo mencionas, nuestra labor demanda de ese sentimiento o espíritu de servicio para con nuestros jóvenes. Y, tal vez, sea éste, el que nos va sacando a flote en los inicios de nuestra carrera docente; cuándo nos faltan las herramientas pedagógicas.
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¡Qué bueno que disfrutes la aventura de ser maestro!
Un saludo afectuoso